La superficie en el planeta apta para agricultura es ~ 4,000,000,000 ha, de esta ~1,600,000,000 ha están abiertas a la agricultura, existiendo ~338, 000,000 ha bajo riego y resto de temporal. Existen importantes zonas agrícolas alrededor del mundo, encontrándose la mayor superficie bajo riego en Asia (India y China), (FAO 2020). En México la superficie agrícola es ~20,600,000 ha, y el 30% está bajo riego (presurizado/rodado), de los cuales el 30% son cultivos perennes (CONAGUA, SIAP). En nuestra región las perennes ocupan alrededor del 20% de la superficie y están representados mayormente por cultivos como los cítricos, espárrago, nogal y vides. Estos cultivos generan un importante ingreso de divisas al país y requieren una gran cantidad de mano de obra por hectárea y con frecuencia especializada. Por otro lado, requieren importante lámina de riego a pesar de su tecnificación, por ser cultivos con alta cobertura y sistema radicular profundo y extenso. Sin embargo, por ser un cultivo perenne, tiene un alto potencial de fijar CO2 atmosférico y secuestrarlo en el suelo o en su parte aérea. Aunado a lo anterior, las perennes reciben un menor laboreo, lo que potencia su capacidad de secuestro de carbono (C).
En este sentido, la determinación de la demanda hídrica de los cultivos es vital, principalmente en regiones áridas, donde el agua es el recurso limitante para el desarrollo sostenible. Esta determinación permitirá suministrar el volumen real requerido por el cultivo y contribuir a la eficiencia en el uso del agua y secuestro de carbono, haciendo una agricultura más sostenible en el noroeste de México.